Guerra global contra el terrorismo: occidentalización fallida
En-claves del pensamiento
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, División de Humanidades y Ciencias SocialesCon base en la definición de guerra, según expertos en polemología y el estudio de las guerras 'justas' e 'injustas' y de acuerdo con los autores más relevantes en la doctrina filosófica de guerra, la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT, por sus siglas en inglés) no es una guerra como tal. El hecho de aplicar tal conceptualización a una serie de acontecimientos donde lo que se combate es el fenómeno terrorista carece de sentido desde el momento que el terrorismo no es más que un arma de guerra. Además, la injusticia de tales actos le restaría valor al concepto de guerra 'justa' defendido por los autores clásicos. Si se acepta que la GWOT no es una guerra como tal, nos preguntamos qué es, entonces: ¿una respuesta indirectamente buscada?; ¿un intento de democratización balístico?; ¿o la continuación de los conflictos civilizacionales tras la Guerra Fría? Sea lo que sea, la inestabilidad en Medio Oriente y el terrorismo han aumentado.

			La Guerra contra el Terrorismo o Global War on Terror (GWOT)

			

				

				

					
Existen dos argumentos de peso mediante los cuales podríamos afirmar por qué la guerra contra el terrorismo no es una 'guerra justa' como tal. El primer de ellos lo encontramos en su propia definición, ya que los expertos en polemología rechazan la posibilidad de que tales actos encajen dentro de dicho concepto. Además, rechazan la idea de que una guerra pueda ser declarada frente al terrorismo ya que éste es un
La segunda premisa que permite negarla es su caracterización como guerra 'injusta'. Las guerras injustas carecen de utilidad debido a que su fin no es la paz, objetivo final de todas ellas si tomamos como referencia la definición que se da guerra justa en la filosofía clásica. Resulta importante matizar que nos referimos a una
Siguiendo la tesis de Clausewitz, estos enfrentamientos derivan en una guerra en el momento que la diplomacia no consigue satisfacer sus intereses, por ello, las guerras del presente son un instrumento en manos de los Estados que les permite saciar sus deseos y seguir avanzando hacia el no conflicto. El fin de toda guerra es el retorno a una paz parcial, entendiendo que los intereses de uno quedaran sobrepuestos a los del otro sin un afán dominador. El fin de una guerra cuyo objetivo no es la paz supone calificarla de injusta.

			

				

				

					
El primer error en la GWOT aparece ya en su propia definición al dictaminarse una guerra contra el
Quien tiene el poder es el que otorga las definiciones. Existe una definición de acto terrorista pero no una definición de terrorismo como tal. Sin embargo, una definición acertada podría ser: 'la utilización mediática de una cierta violencia en beneficio de un proyecto político […de este modo…] la guerra contra el terrorismo […] es un martillo declarando la guerra a otro martillo […].

			Una guerra es un choque de voluntades que se resuelven en el campo de batalla, lo que no se resuelve en el campo de batalla son los problemas que no se originan allí, problemas de religión, cuestiones de identidad, credo, etc. Es más no existe un problema militar que sea grave, en el sentido que con una fuerza más o menos razonables se puede resolver. El problema no es ganar la guerra, es ganar la paz ¿Y cómo se gana la paz? La victoria es un asunto demasiado simple para este tipo de cosas, la clave se sitúa en resolver un problema enquistado en la sociedad. La solución es robustecer la sociedad a través del fortalecimiento del Estado y el papel de las fuerzas armadas sería contener esa violencia para que sean ellos los que resuelvan ese tipo de problema reconstruyendo sus estructuras de estado y por consiguiente la sociedad.

			

				

				

					
Al hilo de esta reflexión resulta evidente que definirla como guerra contra el terrorismo ha sido un grave error por dos motivos: primero, denominarla guerra resulta un absurdo: el fenómeno islamista no se trata de un choque de voluntades que se resuelven en el campo de batalla; en segundo lugar, el terrorismo como tal no puede ser el enemigo ya que terrorismo es un instrumento de guerra y una herramienta política. En todo caso, el enemigo serían los individuos que emplean el terrorismo.

			En la misma línea, el ex primer ministro francés Dominique de Villepin añade:

			Las intervenciones militares cuando son circunscritas a un objetivo determinado y limitado pueden ser eficaces. Sin embargo, la guerra contra el terrorismo no se puede ganar. Es un fracaso absoluto por qué el terrorismo

			

				

				El ex primer ministro se refiere al terrorismo yihadista global, cuya definición más adecuada la podemos encontrar en Javier Jordán, 'Contextualización conceptual, ideológica e histórica del terrorismo global', en Eugenia López-Jacoiste (Coord.),
En todo caso, se podrá vencer a las organizaciones terroristas que lo emplean, pero no al terrorismo como instrumento. 
			 
				 
				Entendiendo por terrorismo la definición que ofrece Fernando Reinares al entenderlo como 'un conjunto de acciones violentas que generan, en un determinado agregado de población, efectos psíquicos desproporcionados respecto a sus consecuencias materiales y que tiene como fin condicionar las actitudes de dicho colectivo social y orientar sus comportamientos en una determinada dirección'. 
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			Con una mejorada conceptualización y un enfoque distinto, Occidente habría podido centrarse en focalizar sus fuerzas con miras a reforzar las estructuras sociales de estos Estados para que sean ellos mismos quienes den solución al problema, sin obviar las dificultades y complejidades que esto conllevaría.

			Calificar la lucha contra el terrorismo como guerra ha originado un problema de base con difícil solución. Además de los conflictos externos que han brotado a tenor de la misma y junto a estos el aumento del terrorismo, en el ámbito interno el carácter globalizador de la respuesta ha originado un incumplimiento del contrato social donde la seguridad Occidental se ha visto deteriorada.

		La justicia adquiere pretensión de validez universal al ajustarse a los derechos humanos. La idea genérica universal sobre la justicia existió históricamente en la mayoría de las civilizaciones occidentales y orientales, en culturas primitivas, en el pueblo hebreo del Antiguo Testamento y en el origen de la cultura griega occidental. 'Algo es justo cuando su existencia no interfiere el orden al que pertenece; es justo que cada cosa ocupe su lugar en el universo. De tal modo, hay o se produce injusticia cuando una cosa usurpa el lugar de otra, cuando no se confina a ser lo que es o se produce alguna desmesura'.

			

				

				

					
Bajo tales premisas y la desmesura de los actos que se han llevado bajo la justificación de una Guerra contra el Terrorismo resulta conveniente indagar sobre si esta ha sido una guerra justa o, por lo contrario, una guerra injusta.

			La doctrina de la guerra justa ha ido evolucionando de modo tal que al estar íntimamente ligada a las características de la comunidad política de cada momento el concepto es dependiente: del momento histórico, el Estado, el imperio o la polis. La evolución histórica de la guerra difiere en demasía al actual puesto que antiguamente éstas eran contempladas como un mal necesario o un mal menor, siendo justas todas aquellas cuyo fin era alcanzar la paz.

			Para poder analizar sobre las guerras del presente es necesario regresar al pasado e investigar sobre lo que podríamos llamar 'las doctrinas filosóficas de guerra'. Tener en cuenta lo que sucede en la actualidad para conectarlo con el pasado inmediato y así sucesivamente. Por ello estudiar a los autores de mayor relevancia en la materia nos permitirá enmarcar dicha conceptualización para a posteriori poder calificar la GWOT de justa o injusta.

			El político romano afirmaba: 'aunque la guerra sea un hecho inevitable, siempre es preferibles la paz' argumentando que 'son justas las guerras defensivas, también la guerra movida por el deseo de poder y gloria, e impugna y tacha de injustas aquellas guerras cuyo objetivo es la avaricia'.

			

				

				

					
La GWOT ha sido fruto de una hegemonía americana, un intento de occidentalización y una supremacía de valores. Para Fukuyama la avaricia ha cegado a Estados Unidos a la hora de establecer un liderazgo mundial:

				Ofrecemos mercado libre y democracia, dos cosas buenas e importantes que constituyen la base del crecimiento y el orden político. Por lo contrario, ninguna de las dos parece atraer a las poblaciones más pobres que son en definitiva los auténticos electores en esta lucha por el poder e influencia en el mundo.

			

				

				

					
De este modo, y alejándose del neoconservadurismo, Fukuyama casa su interpretación con las guerras injustas de Cicerón donde la arrogancia avara es causa de injusticia.

			

				

				

					
La teoría del pensador de la Edad Media no ha quedado obsoleta, (cabe destacar que tales argumentaciones fueron afianzadas bajo un contexto cristiano de amor y perdón al ofensor con la defensa de Impero Romano ya en declive.): 'Las guerras son justas cuando su fin es el restablecimiento y la obtención de la paz', 'No se admiten las injurias como causa de guerra'.

			

				

				

					
La Guerra contra el Terror y sus intereses no parecen tener fines pacifistas. Claro ejemplo de ello es la guerra de Irak, decidida con anterioridad al 11 de septiembre y cuyo objetivo era obtener el control de los recursos naturales y garantizar la presencia militar en la zona. Declarar la guerra al terrorismo no ha hecho más que fomentarlo. Si el fin de una guerra justa para San Agustín hubiera sido: 'mejorar la seguridad interna',

			

				

				

					
Siguiendo a San Agustín y bajo las influencias de la filosofía aristotélicas el filósofo va un paso más allá. Para Santo Tomas las guerras serán justas en la medida que cumplan tres requisitos:

			

				

				

					

					 'Sólo el príncipe ostenta la competencia necesaria para ordenar un mandato de tal envergadura como es el de hacer la guerra pues es de sus competencias el cuidado y la defensa de los intereses públicos de su comunidad política'. La doctrina unilateralista de Bush no contaba con el apoyo la comunidad política. Europa en su conjunto no compartía la Patriot Act, ni las cárceles de Guantánamo, ni las torturas de Abu Graib, ni la invasión de Irak. Basándose en el documento 'The National Seurity Strategy of the United States of America'

			

				

				

					 'Es preciso la existencia de una justa causa, por esta se entiende: la culpa de uno de los beligerantes por lo que la acción bélica solo debe utilizarse para reparar alguna injuria'. Discutible es la existencia de una justa causa. Tzvetan Todorov establece siete razones posibles para la invasión de Irak:

			

				

				

					 1) La posesión de armas de destrucción masiva. 2) El apoyo al terrorismo de Al Qaeda. 3) El primer paso para la resolución del conflicto árabe-israelí al eliminar el gran obstáculo que constituía Sadam Hussein. 4) Controlar las reservas de petróleo para favorecer a los grandes magnates americanos. 5) Aumentar el prestigio presidencial con vistas a la reelección. 6) Presiones de la industria militar y los militares para la obtención de beneficios. 7) La expansión de la democracia, el argumento La intención de los combatientes ha de ser recta: 'debe tener como finalidad el bien y la prevalencia de este frente al mal'. Los presidentes Bush padre y Clinton lograron en el concierto interno un grado de complicidad porque sus políticas realistas trataron de ser respetuosas con las opiniones de sus aliados y la legalidad internacional siempre que pudieron. Pero, con el presidente Bush hijo en la Casa Blanca todo cambió. El 11 de septiembre le superó y trajo consigo un conjunto de acciones desproporcionadas. Un claro convencimiento de la supremacía de los valores americanos hizo que se lanzará a un combate, la 'guerra contra el terror' en el que no contemplo más estrategia que la destrucción del enemigo. Una emotividad canalizada e intereses cuestionables alejarían a la GWOT de este tercer requisito.

			

				

				Véase nota 14.

			20

							

						

				

									

							
Uno de los padres tanto del derecho internacional como del derecho natural, el jurista sigue la misma línea de los demás autores clásicos al defender la licitud de la guerra en relación al objetivo de la misma, la paz: 'Digno es esto de vuestra piedad, digno de esa dignidad, no atacar con las armas el derecho de cualquiera, no alterar los confines antiguos; sino, en la guerra, buscar negociaciones de paz, y no comenzarla sino con este deseo, de terminarla cuanto antes'.

			

				

				

					
La doctrina de Grocio destaca por su humanización: además de existir una causa justa deben respetarse una serie de reglas; aparece el concepto de 'límites', éstos deben ser respetados durante la acción bélica. Por ejemplo, 'debe evitarse la destrucción de bienes ajenos a la guerra […] obras de arte, templos […] y otros bienes materiales'.

			

				

				
Aplicándolo al caso del 11 de septiembre, sus víctimas no son comparables al desastre de una guerra; la respuesta de EE. UU. fue deshumanizada y desproporcional. Otro indicio que refleja el descomedido de la GWOT es que se utilizó el término 'guerra' para combatir un fenómeno que tiene más de actividad criminal que de combate militar.

				En segundo lugar, los límites de lo que habla el autor holandés han sido sobrepasados si se analiza el número de civiles fallecidos o bienes materiales destruidos entre tanto caos.

			

				

				El informe del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos, de la Universidad de Brown, cifró el número de muertos entre 480 000 y 507 000 personas, pero aseguró que la cifra probablemente sea más alta en la actualidad. Recogido en:
'La guerra no debe ser rechazada, y es acorde con lo dispuesto en el Antiguo testamento. Esto significa que el uso de la fuerza no es intrínsecamente malo'.

			

				

				

					
Luis M. Hinojosa Martínez explica que no basta con el apoyo del Consejo de Seguridad para invocar la legítima defensa.

				Esta figura se encuentra regulada en el art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas que tal y como ha sido interpretado por el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) establece una serie de condiciones materiales y procedimientos para su válida invocación: (a) debe haberse producido previamente un ataque armado, (b) la respuesta debe ser necesaria y proporcionada y (c) se debe informar inmediatamente al Consejo de Seguridad para que éste adopte las decisiones que estimen oportunas.

			

				

				

					
En cuanto a las condiciones basta con acudir al apartado b) para contemplar como la proporcionalidad fue vulnerada argumentado que 'la amplitud de la actuación militar sobrepasaría con creces los permitido por este principio'.

				Si no se trata de una guerra defensiva no queda otro calificativo que el de guerra ofensiva. Claro ejemplo es el nombre que la GWOT adoptó; al denominar guerra contra el terrorismo abrió un amplio abanico de posibilidades eliminando la necesidad de establecer un enemigo concreto. Habría sido una guerra defensiva si la guerra se hubiera declarado contra Al-Qaeda, Bin Laden o los Talibanes. Sin embargo, generalizar el concepto ha permitido a Estados Unidos ampliar un campo de juego con miras a una occidentalización forzada. El Doctor Eximius no duraría en declarar la GWOT como
El fraile da seguimiento a la tesis tomatista de los tres requisitos indispensables de guerra justa. Sin embargo, observó algunas lagunas en éstos dado que era muy sencillo recaer en un error de buena fe. Observando el conflicto bélico desde dentro resulta más probable que las partes beligerantes opinen subjetivamente que luchaban por una causa justa.

			

				

				

					
Pasados seis meses del trágico 11 de septiembre, se publicó una 'Carta desde América', por el Instituto de valores americanos y firmado por intelectuales estadounidenses entre los que se encontraban Samuel Huntington y Francis Fukuyama. En ésta los firmantes consideraron que la guerra contra el terrorismo era una guerra justa. La justificación de tal afirmación se basó en que

				esos valores son universales; la democracia como expresión política más clara y trascendente de la dignidad humana; el convencimiento de que existen verdades con carácter universal, el conocimiento de la verdad es imperfecto por lo que es indispensable la tolerancia para salvar discrepancias; y la libertad de pensamiento y religiosa.

			

				

				

					
Para Francisco de Victoria excusar la GWOT bajo tales razonamientos morales no habría sido más que una laguna que debilitaría el sistema de los tres requisitos de Santo Tomas. Del mismo que hizo Occidente, el terrorismo yihadista podría hacer la Yihad bajo una opinión subjetiva dando pie una guerra santa.

			En primer lugar, conforme a lo argumentado en el punto anterior, la GWOT sería una pseudoguerra y no una guerra como tal. Los actos conllevan definiciones y calificar algo con su propia negación resulta insuficiente. Entonces ¿En qué consiste la GWOT?

			La pseudoguerra contra el terror es un proceso de
La GWOT ha servido de trampolín para actuar bajo intereses de diferente rango y mediante una estrategia intervencionista respaldada por las resoluciones 1970 y 1973 y siguientes del Consejo de Seguridad de la ONU que choca con el principio de no intervención. Además, esta intervención lejos de resultar fructífera se ha basado en una permisibilidad y un garantismo que ha dado pie a que se origine una
Este conflicto entre civilizaciones ha incrementado el sentimiento radical islámico dando pie a que las organizaciones terroristas se conviertan en pseudo-Estados. Occidente pretende la imposición de un modelo político y de Estado contrario a los valores y principios del mundo islámico. La GWOT ha resultado errónea en el momento que focalizó sus actuaciones hacia el exterior; ampliar su campo de actuación la ha debilitado y ha dado motivos al enemigo para combatirnos en nuestro propio territorio (desde entonces en el punto de mira). La respuesta lejos de ser eficaz ha propiciado que los Estados implicados actúen aturdidos tras sus fronteras olvidando el contrato social y obligación de proteger a sus ciudadanos. La respuesta estaba en casa y fuimos a buscarla a la del vecino.

			

				

				

					
Lawrence Freedman, un prestigioso historiador militar británico, ha publicado recientemente
El 11 de septiembre su consecuente declaración de la GWOT no fueron más que un cambio estratégico sobre unas propuestas decididas previamente.

			

				

				Las sanciones sobre Irak comenzarían en 1991 y duraría hasta el 2003.

			32 La única novedad que presenta tal declaración es la invasión de Afganistán cuya intervención se consideraría positiva y acorde a la concepción de guerra justa. Sin embargo, la guerra contra el terror fue una oportunidad bien aprovechada, dividir ideológicamente para obligar a adoptar una posición nosotros o ellos. La estrategia contra el imperio del mal se transformaría en la de contra el eje del mal,

			

				

				La frase
La GWOT no ha sido una respuesta bélica ante el terrorismo yihadista sino un intento de occidentalización mediante el cual se ha pretendido que las sociedades orientales adoptarán un modelo político a medida. Tal imposición ha resultado fallida al ignorándose ciegamente los tres grandes problemas internos del islam:

			

				

				

					

				 Mahoma muere sin señalar sucesor, de forma que el poder político y religioso quedan unidos para siempre. El profeta falleció sin constituir un clero, de modo que no existe una autoridad suficiente para interpretar sus escrituras. No se matizó que 'El combate por la fe' (Yihad) y la aniquilación era meramente espiritual y no física.

					

			
Así pues, el islam supone un problema en sí mismo, fuera de nuestro alcance y ante el cual deberíamos plantearnos la posibilidad que sea el mundo islámico el que recorra su camino por sí solo. La GWOT (intento de occidentalización) es considerada como terrorismo ofensivo o terrorismo de la uniformización, semejantes al de Hitler y Stalin. La guerra contra el terror es conocida también como una
Como defienden los especialistas Federico Aznar y Jorge Verstrynge: 'imponer valores a alguien o instituciones que surgen en una cultura sobre otra cultura distinta, hace que esas instituciones no funcionan […] Jamás habrá una revolución que triunfe en un país islámico que venga del exterior, claro ejemplo de ello es lo sucedido en Afganistán'. 
			 
				 
				Véase nota 5. 
			36 
			

			El cosmopolitismo impulsado por Karl Marx y Friedrich Engels y la idea sustentada sobre 'Las demarcaciones y los antagonismos nacionales entre los pueblos desaparecen cada vez más'

			

				

				

					
Después de cada gran conflicto nace la esperanza de que de los desastres de la guerra nacerá una 'paz duradera'. Esta esperanza trae consigue una modificación del orden establecido o una recuperación del anterior. Al finalizar la primera guerra mundial el presidente de Estados Unidos fue el primero en utilizar el concepto de 'nuevo orden mundial' y la comunidad internacional se orientó hacia su construcción creando la Sociedad de Naciones.

			La Segunda Guerra Mundial demostró como éste fracasó estrepitosamente y de ella se confeccionó la ONU, pese a presentar similares pretensiones. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el mundo se dividió en dos ejes; dos grandes superpotencias enfrentadas económica, social y políticamente. Transcurrida la Guerra Fría, Estados Unidos salió victorioso y con la preeminencia que lo caracteriza empleó el intervencionismo frente a terceros países. Como consecuencia de tal intervencionismo surgió una nueva modalidad de terrorismo, un terrorismo yihadista al que se le declararía la guerra.

			

				

				

					
El nuevo orden mundial adquiere una connotación similar al de la 'paz duradera' de Kant.

			

				

				

					
Dicha consideración liga a la perfección con la filosofía política straussiana, que cree más en la 'perpetua guerra' que en la 'paz perpetua'. El influyente Leo Strauss defiende tres tesis que vendrían a justificar las políticas occidentales: primero sostiene que para hacer seguro el mundo para las democracias occidentales es necesario democratizar el globo; segundo, es necesario acabar con las democracias laicas a favor de democracias ligadas a las confesiones religiosas para crear una verdadera moral pública. Tercero, para cohesionar a la nación es necesario exacerbar el patriotismo. De este modo las democracias requerirían un enemigo real o ficticio para ser cohesionadas. Ayer era Moscú; hoy, el terrorismo.

			

				

				

					
Así el straussianismo aparece como una extrapolación filosófica política de la funcionalidad criminal que postuló exitosamente Emilie Durkheim,

			

				

				

					
Este oportunismo trajo consigo que un gran número de colaboradores de la comunidad internacional se unieran a ella influenciada por la tríada de Hegel.

			

				

				

					
Las teorías de Strauss y Hegel no llevan a aceptar el
De este modo, las pretensiones de universalización generan conflictividad debido a que las relaciones internacionales se encuentran fuertemente vinculadas a la cultura y los valores. Los esfuerzos por una libertad de fronteras, la globalización y universalismo occidental ha generado una crisis de identidad que ha tenido como repuesta un mayor sentimiento de arraigo civilizacional. La GWOT, lejos de acabar con el terrorismo, ha fomentado que este mismo sea una herramienta ideal para defender su identidad. 'Sabemos quiénes somos, sólo cuando sabemos quiénes no somos y con frecuencia sólo cuando sabemos contra quienes estamos'.

			

				

				

					
El intervencionismo como respuesta ha supuesto una legitimación y reforzamiento de la tesis yihadista. La pretensión universalista de Occidente tras el 11 de septiembre supone una paradoja democrática cuando los derechos fundamentales propios

			

				

				En otros, la libertad de expresión y de asociación, la presunción de inocencia, la necesidad de contar con autorización judicial para interceptar las comunicaciones.

			50 (tan garantistas) producen ventajas a las militancias yihadistas. Es por ello que la guerra contra el terror falló: no se tuvo en cuenta un nivel macro capaz de iniciar o acelerar los procesos de radicalización.

			

				

				

					
La GWOT ha fracasado: la occidentalización de Medio Oriente -iniciada ya hace más de 30 años con la globalización occidentalizada y el liderazgo selectivo de Clinton, seguida por el imperialismo de Bush hijo y el internacionalismo idealista de Barack Obama- ha llegado a su fin. Tres décadas después se pretende hacer grande a Estados Unidos de nuevo (
Este cambio de estrategia se originó en gran medida en el momento que Estados Unidos ha evidenciado como imposible este intento de occidentalización de Medio Oriente camuflado bajo la conceptualización de GWOT. Tanto la Guerra Fría como la GWOT han sido más que dos paces parciales dentro de una guerra perpetua que resulta tan necesaria para que una primera potencia mundial como es Estados Unidos mantenga su liderazgo.

			El nuevo paradigma daría por finiquitada la GWOT como intento de occidentalización fracasado. La guerra contra el terrorismo es una guerra sin fin. El terrorismo existió, existe y existirá, pero al parecer ya no será utilizado como trampolín para otros intereses. El mundo islámico ha sido el mayor perjudicado, el terrorismo ha aumentado y la inestabilidad de los Estados se ha visto todavía más mermada. Estados Unidos movió el avispero y ahora se coloca el traje de apicultor.

			Si Joseph Biden, nuevo presidente de Estados Unidos, adopta una política exterior como la mantenida por Donald Trump, el liderazgo mundial continuará, pero desde una nueva perspectiva contraria al multilateralismo pretendido años atrás. Encerrados en sí mismos, aparecerán nuevas guerras o paces parciales donde nuevas formas de terrorismo tomarán protagonismo; el ciberterrorismo y terrorismo financiero se llevarán un gran número de papeletas, siendo los nuevos aliados de un terrorismo convencional eterno.

			El choque de civilizaciones proseguirá, las diferencias culturales se incrementarán y la conflictividad se centrará en el ámbito económico. La cultura es inconquistable en gran medida mientras que la economía no. Esperemos que no se declare la guerra al terrorismo financiero o algo similar y se opte por una denominación correcta que permita que la próxima guerra tenga un fin alcanzable y evitar así desastres como el incremento del terrorismo que ha supuesto la tan ambiciosas declaración de la GWOT. La perpetua guerra de Occidente, liderada por Estados Unidos, mantendrá su hegemonía mientras tenga la capacidad de controlar estas paces parciales. Por el momento, la GWOT ha sido una batallada perdida.

			¿Cuál será la próxima guerra hacia la occidentalización?

			Continuará…

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Véase nota 14.

			

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El informe del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos, de la Universidad de Brown, cifró el número de muertos entre 480 000 y 507 000 personas, pero aseguró que la cifra probablemente sea más alta en la actualidad. Recogido en: https://www.eluniverso.com/noticias/2018/11/08/nota/7040001/casi-medio-millon-personas-han-muerto-guerra-contra-terrorismo-tras.

			

					Pereña, Luciano,. Madrid: Instituto Francisco de Vitoria, 1954. Luciano Pereña,

					Hijonosa, Luís. “Irak y Afganistán: una comparación desde el derecho internacional”,, núm. 10 (enero, 2008): 3-4.Luis Miguel Hijonosa Martínez, 'Irak y Afganistán: una comparación desde el derecho internacional',

					García, Victoria. “La teoría de la guerra justa en Francisco de Vitória” [Tesis final de grado], Universidad de Valladolid, España, 2019. Victoria García, La teoría de la guerra justa en Francisco de Vitoria [tesis final de grado], Universidad de Valladolid, España, 2019,59-60.

			

					Liman, Adrián.. Madrid: Editorial Popular.Adrián Liman,

					Berenguer, Francisco, “La respuesta político-diplomática en AA. VV., Estrategias para derrotar al Dáesh y la reestabilización regional”. (noviembre, 2016): 21-42.Francisco Berenguer, 'La respuesta político-diplomática en AA. VV., Estrategias para derrotar al Dáesh y la reestabilización regional',

					Freedman, Lawrence. . New York: PublicAffairs, 2017.Lawrence Freedman,

					Rubio, Antonio. “Guerras sin victorias”., Firmas invitadas (Política global) (noviembre, 2018): 5.Antonio Rubio, 'Guerras sin victorias',

					Fernández, Sergio.. Barcelona: Plataforma Editorial, 2015. Sergio Fernández,
Las sanciones sobre Irak comenzarían en 1991 y duraría hasta el 2003.

			La frase

					Roy, Oliver.. Barcelona: Bellaterra, 2007.Oliver Roy,

					Esparza, José.. Madrid: La Esfera de los Libros , 2015.José Javier Esparza,
Véase nota 5.

			

					Roces, Wenceslao.. Madrid: Cenit, 1932.Wenceslao Roces,

					Domenech, Oscar. “En que consiste el nuevo orden mundial” [video].
3 de agosto de 2019.

					Kant, Immanuel.. Barcelona: Tecnos, 2013.Immanuel Kant,

					Pizarro, Eduardo. “Usa y el Nuevo Orden Mundial”.
26 de mayo de 2003. Eduardo Pizarro, 'Usa y el Nuevo Orden Mundial',

					Huertas, Omar. “Durkheim: la perspectiva funcionalista del delito en la criminología”. , núm. 2 (diciembre, 2009):1-13. Omar Huertas, 'Durkheim: la perspectiva funcionalista del delito en la criminología',

					Durkheim, Emilie.. Barcelona: Libros de Pon, 1983. Emilie Durkheim,

					Casado, Sergio. “Transformando sociedades. La triada de Hegel”. (7 de junio de 2017): 5.Sergio Casado, 'Transformando sociedades. La triada de Hegel',

					Elías, Norbert.. Barcelona: Editorial Península, 1990.Norbert Elías,

					Villasana, Alberto. “Nuevo orden mundial”. [video] , 1 de febrero de 2017. .Alberto Villasana, 'Nuevo orden mundial"; [video] Conclusión TV, 1 de febrero de 2017. https://www.youtube.com/watch?v=ZmhGbB_KT0U.

			

					Huntington, Samuel. “The Clash of Civilizations”,, núm. 32 (verano, 1993): 28.Samuel P. Huntigton, 'The Clash of Civilizations',
Movimiento político que propugna la unidad de todos los pueblos o los estados y la eliminación de los obstáculos que impiden su plena comunicación y relación.

			

					Huntington, Samuel P. . Barcelona: Ediciones Paidós, 1997.Samuel P. Huntington,

					Fukuyama, Francis.. Madrid: Alianza Editorial , 2015.Francis Fukuyama,
En otros, la libertad de expresión y de asociación, la presunción de inocencia, la necesidad de contar con autorización judicial para interceptar las comunicaciones.

			

					Jordán, Javier. “Procesos de radicalización yihadista en España. Análisis sociopolítico en tres niveles”., 2 (marzo, 2009): 197-216.Javier Jordán, 'Procesos de radicalización yihadista en España. Análisis sociopolítico en tres niveles',